martes, 30 de abril de 2019

La Voz

Hoy me desperté muy temprano y me fui directo al otorrino. Cada vez que tengo semanas llenas de actividades tengo que cuidar mucho mis cuerdas vocales porque al no respirar correctamente y al utilizar todo el día mi voz me quedo afónica con frecuencia. Y aunque he estado en clases de manejo de la voz es usual que de acuerdo a la temporada del año visite a
menudo a mi divertido doctor de la garganta. Cuento largo corto tengo años visitando el mismo médico y debo reconocer que toda la gente que está en mi vida debe tener ese ingrediente por el cual yo quiera seguir teniéndolo en mi vida y mi doctor maravilloso tiene de sobra ese don de gente y esa luz para querer verlo aún sin estar enferma. El caso es que solo fui a revisarme la garganta y prevenir cualquier problema con mi voz en estos días previos a los Emmy. Premios a los que estamos nominados como show. Dentro de mi conversación de hoy con mi doctor entre una cosa y otra llegamos al tema de una ciudad a la que adoro de ESPAÑA “San Sebastian” y en la cual viví momentos bellos hace como 3 años y mi doctor al parecer también conserva gratos recuerdos de esa pintoresca ciudad en donde celebran cada año un festival de cine muy importante. Mi doctor a quien llamaremos “El Galán de la garganta” me contó que cuando estudiaba medicina en España en verano se iba a trabajar a San Sebastian de mesero u en una ocasión conoció a una hermosa chica sagitariana que al igual que yo al parecer le gustaba mucho hablar. Esta mujer está argentina y muy guapa según su descripción. De hecho al parecer luego de un par de tangos y unas miradas tuvieron una historia y al llegar a Miami años después se dio cuenta que se trataba nada más y nada menos que de Libertad Lamarque quien por cierto nació como yo un 24 de noviembre. Me pareció tan espectacular escuchar la historia que sin duda el doctor de historias lindas, mirada clara como sus ojos y coquetería innata me arregla no solo la garganta sino los días. Es que como les digo es maravillo poder decir que uno colecciona personas valiosas que alimentan esas ganas de seguir creyendo en la gente.