lunes, 27 de septiembre de 2010

Salió mi número...


Siempre he pensado que la inmigración más odiosa es la de Estados Unidos.Nunca he logrado entender por qué los oficiales de los diferentes aeropuertos son tan poco sociables. Al parecer son contratados para intimidar, aterrar y preocupar. Gracias a Dios antes de vivir en USA siempre vine con Visa de trabajo y nunca hubo problemas, pero la verdad es que los funcionarios son insufriblemente los mejores secuestradores de la tranquilidad. Actualmente resido en Miami hace ya una década y pues por mis viajes de trabajo entro y salgo diarimente. El cuento es que aunque vivo en Estados Unidos siempre experimento la misma sensación al llegar, dar mi residencia y mostrar mi pasaporte o incluso en un vuelo local. De hecho me parece que la función de inmigración y aduana en los aeropuertos ha cambiado. A veces he llegado a pensar que como misión tienen hacerlo sentir a uno como un delincuente o un traficante, porque las formas que utilizan para corroborar la información personal no parece la más correcta. Es increíble, pero supongo que todo lo que hacen forma parte de su trabajo como quien dice. Por otro lado, se y estoy consciente que las cosas que han ocurrido en ésta gran Nación han intensificado las medidas de seguridad. Eso es lo que me respondo cuando veo el maltrato emocional que estos trabajadores ejercen con los visitantes que en su mayoría vienen a gastar su dinero, ver a un familiar o pasar unos días de descanso. Si bien es cierto que hay personas con intenciones de quedarse por las razones que sean tengan o no papeles, existen muchos que bendito Dios y las circunstancias no tenemos nada que temer. Claro está, sin duda éste personal de inmigración estadounidense a diferencia de los de inmigración en México (por ejemplo, entre otros) no son buenos anfitriones, porque la gente se quiere ir antes de entrar con verles la cara con esos ojos de psicólogo barato que esta tratando de supuestamente hacer su trabajo haciendo preguntas sin sentido. -"Cuántos días lleva fuera?", una responde: -"Menos de 24 horas porque solo fuí hacer una entrevista". Es mejor no decir nada porque allí creen que una es "Una Muñeca de la Mafia" o "Rosario Tijeras" por viajar tan seguido, con poco equipaje y por pocas horas.
Me pregunto incluso, será que de esa manera si sienten éstos oficiales que hacen su trabajo? Será que a ellos cuando viajan les hacen lo mismo? Pero a propósito de inmigración y convencida de que no me creeran les voy a contar algo que ni yo podía creerlo cuando me paso. Resulta que fui a México en agosto para entrevistar a Carmen Salinas sólo por un día y cuando regresé el oficial de inmigración que me tocó le dio un ataque cuando me ve mis lentes puestos. Asumo que se me olvidó quitarme las gafas oscuras al llegar a la cabina, pero el caso es que éste mínimo me subestimó o como siempre se equivocaron de persona. El tema fue que el hombre luego de piropearme, de coquetear y hablar más que un loro, me mandó a revisar el equipaje con los chicos de aduana, quienes hasta me dijeron que no entendian la razón por la cual estaba allí.Finalmente todo bien, una demora de 20 minutos, revisión de mi ropa interior ya usada, cremas bronceadoras, vestidos, dormilonas,maquillaje, etc, etc, etc me pidieron una foto, una firma, saludos a sus abuelas e hijas, Mickeysssss Mousessss y ya. Ahora bien, pueden suponer que en mi regreso de México el sábado me tocó en la línea de inmigración el mismo oficial que me tocó el mes pasado? Y lo peor es que el tipo se da cuenta porque vio su letra en mi pasaporte y ni él lo podía creer. Ahora capaz que pide para que me lo asignen en cada viaje como "oficial encargado". Increíble pero cierto,siempre me halaga, me pregunta de dónde soy, me hace poner las huellas, estampa sus firma "en la misma página", me ve, analiza, mira de arriba hacia abajo y pues ya casi que me pregunta por mi hija, mis padres, el nombre del doctor que me las operó, el nombre del perro de mi hermana y hasta por el estado del tiempo. Ni modo voy a ver si me juego la lotto a ver si me la gano.Sin duda chicos vivir para contarlo y tratar de disfrutarse hasta lo que una misma no acepta del todo... ajajjajajajjaa

domingo, 19 de septiembre de 2010

Este si, este no, cuál será? No se puede complacer a todos...


Ustedes son testigo que amo lo que hago y que me disfruto cada día, cada ropa, cada entrevista, viaje y hasta pelea como si fuera la última. Claro está todo tiene su precio en ésta vida y en el mundo en el cual me muevo las criticas, empezando por las mías no se hacen esperar. Comenzando por mi madre que es mi mejor y peor critico, pasando por mis amigas, productoras, vecinas, fans y terminando en mi hermana que no tiene compasión para decirme en mi carita lo que le gusta y lo que odia, debo estar preparada para que me digan “ese vestido está divino, éste traje no te favorece, estas más flaca, no utilices líneas al final de la cadera, te quedan hermosos lo colores vivos, no muestres tanto, dónde está el escote y pare usted de contar”. El caso es que definitivamente una no puede complacer a todos. No se pueden complacer peticiones y mucho menos dejar de sentirse segura porque alguien le encuentre un “pero” o defecto a tu atuendo del día. Un día en mi vida empieza siempre con el “qué me pondré hoy ?” y aunque en la mayoría de los días ya tengo todo por agenda, siempre termino utilizando lo que me iba a poner un lunes un jueves por ejemplo y viceversa.
El tema del vestuario cuando una trabaja en la televisión se convierte depende del cómo te lo tomes en un dolor de cabeza, en un sueño o incluso en un reto. Al principio era un medio dolor de cabeza porque quería encantarle a todos, luego decidí escuchar a una sola persona y no a las 30 que opinaban, después me la fui tomando con soda y ya hoy siento que estoy en una pasarela en donde nunca nos pondremos de acuerdo .Es más el hecho de utilizar un vestido diferente cada día de mi vida me hace sentir como modelo. Me parece divertido poder vestir a diario diseños, marcas y propuestas que me permiten saber cuál quisiera realmente tener en mi closet sin mucha complicación. Y aunque es cierto que nos somos monedita de oro para ser bien vistos por todos, el hecho que me destruyan con las criticas o me halaguen me gusta como buena egocéntrica sagitariana, pues eso demuestra que les importa y desapercibida jamás.

Obviamente debo confesarles que muchos de los vestidos que uso a diario me encantan en un 90%, pero hay otros que me los pongo para no quedar mal con quien me los ofrece. Otro detalle interesante del tema del vestuario es que hay días que veo un vestido y de jejos me parece horrible o poco llamativo, pero al verlo puesto me quedo con la boca cerrada por resulta divino. Igualmente me ha sucedido que tengo muchas expectativas con un modelito y resulta que al lucirlo no era lo que me esperaba. Sin duda alguna el tema de las expectativas siempre es un problema porque como dicen por allí “quien espera lo mucho espera lo poco” o algo así. Y ni hablar de los colores, como bien hemos escuchado desde que Dios anda en pañales “para gustos hay colores o sobre gustos, colores cada persona es un mundo”.

El verde es mi favorito, pero el naranja es un color clave siempre que visto naranja en un éxito. En primer lugar es el color favorito de mi madre y a su vez sé que me luce, me hace ver alegre, segura y según los expertos es un color que da buena vibra. Otro de mis colores favoritos son el turquesa, es llamativo, pero sutil, me da confianza al igual que el morado que es como siempre el indicado. Reconozco que los estampados no son fáciles. Hay vestidos que se ven maravillosos con sus pintas, pero te pueden resaltar defectos que quieres tapar.
Debo incluso certificarles que la chica que elige mi vestuario diariamente ya me conoce tanto que siempre sabe que ofrecerme. Y aunque obvio hay diferencias porque yo tengo una idea y ella sabe qué me queda mejor siempre nos ponemos de acuerdo. Al final del día como dice mi jefa: “Si te sientes bien de esa manera y me dices que irías a una fiesta vestida y peinada así quédate con eso, pero si por el contrario me dices que no VE Y CAMBIATE”. Así es mi gente que si un día no les gusta algunos de mis trapitos (como los llamo por cariño) lo siento, se aceptan sugerencias, pero si por el contrario les gusta que bueno poder llenar esa expectativa. Además recuerden que no es lo que te pongas, sino como te sientas y con la confianza que lo lleves como diría LadyGaga.