Con este párrafo finalice la parte 1 de “Lo que aprendí en la montaña” y así quiero empezar: A veces pensamos que todo está garantizado y resulta que lo único q no tiene garantizado nadie es la vida !!! Y nos gente tal cual y esto lo ratifique en los días en la montaña, porque fíjense algo al igual que todos los ciudadanos del mundo me pase el año entero prácticamente cuidándome del covid (de lo cual no me arrepiento) pero increíblemente gracias a Dios y solo a él hoy mi familia y yo estamos vivos porque este episodio que viví en la montaña juro que me hizo incluso ver de cerca lo que es el pánico de estar en peligro con todos los que aman. Y cómo vine deben saber en las montañas hay osos, lobos y por supuesto dificultades típicas de la PANDEMIA que se agregan al presente. Entonces vayamos directo a mi vivencia en la montaña bella donde viví mis últimos días del año 2020. Fue una mañana dos días después de una nevada histórica en Tennessee según varios lugareños que me contaron que hacía muchos años no nevaba en esa época, cuando ni suponíamos que viviríamos un episodio inolvidable. Quiero de hecho contarles que de la cabaña hacía el pueblo más cercano de la montaña más o menos eran unos 20 minutos en condiciones normales y cuando digo condiciones normales hago énfasis en el tema de la nevada que tanto disfrutamos!!! Hubo una nevada deliciosa uno de los días de nuestra primera semana, es más para ser más específica dos días enteros de nieve pintaron la montaña de blanco y parecía el castillo de Frozen y nosotras felices tomándonos fotos y videos como niñas chiquitas ( más chiquitas que mi hija pequeña de tiene 4 años). De verdad fue hermoso y todo aquello era el escenario perfecto para nuestro fin de año. Claro está cuando uno vive en Miami y nació en un lugar donde ese tipo de cosas naturales pasan a ser cosas extraordinarias les confieso que me dejé ganar más por la emoción que la razón y aunque mientras la nevada solo salimos a los balcones de la cabaña y a la entrada siento que la ignorancia protagonizó el siguiente episodio, pero sin mala intención. Mi esposo luego de dos días de haber vivido la nevada nos invita a comer al pueblo y bajamos bien abrigados todos y prácticamente a la espera de mi hermana quien se incorporaría a nuestras vacaciones de invierno el día siguiente. Bajando la montaña vimos varios vehículos atascados en la montaña, incrustados en las cuentas debido al blanco ice que llaman. Es más una amiga que vive en un lugar de frío me consto del incidente que ya les contaré me dijo que jamás se sale de una montaña a las horas de nevar porque al empezar a derretirse la nieve las carreteras con absolutamente peligrosas. Mi madre no deseaba bajar al igual que mi hija mayor y aunque yo estaba haciendo mis videos tranquila la invitación e insistencia de mi esposo para salir me hizo suponer que debía relajarme y que todo estaba bajo control, de hecho bajamos de la montaña sin problemas y contentos. Todo estuvo bien y almuerzo en un restaurante italiano fue un agasajo ideal, para nosotros cada aventura en la montaña fue fabulosa, de hecho mi gente nosotros fuimos súper bien equipados con comida de toda clase, producto de limpieza, sabanas, llevamos todo lo que nos hace sentir en casa siempre y por eso el haber salido de la montaña me retumbaba en la cabeza...pero la verdad que todo ocurre por algo y cómo dice el letrero de madera que llegó a mi vida como una “diosidencia” JESÙS IS THE REASON.
Continuará ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario