martes, 17 de agosto de 2010

Lo que todas queremos: "Eat, Pray Love".


Saben que el fin de se semana me fui a ver la película “Eat Pray Love” y fue sencillamente fascinante. Definitivamente estoy segura que la maravillosa experiencia de su autora Elizabeth Gilbert no se puede plasmar a plenitud en ese espacio de tiempo, pero fue muy grato visualizar un poco por medio de los actores seleccionados un breve resumen del tiempo en el cual Elizabeth Gilbert hizo lo que todas soñamos hacer alguna vez. Comer: bien es bien sabido que para las féminas es el el cuento de nunca acabar, “comer” siempre es cuestionable por aquello de lucir perfectas ante los implacables espejos y la vanidad desmedida. Rezar: a veces un acto de obligación que nos inculcaron cuando chicas antes de dormir al igual que cepillarse los dientes; claro está que cuando crecemos rezamos cuando tenemos un problema y cuando creemos que el mundo se nos viene encima si somos sinceras. Amar: eso que vivimos haciendo desde que nos leemos todos los cuentos de princesas que nos compra nuestras madres y que nos dicen que el Príncipe Azul llegara en un caballo blanco y nos daremos cuenta que es él porque nos besara en la boca. O sea mujeres, tenemos tanto compromisos sociales que todas las anteriores se convierten en una misión. Trasladarme a ese sentimiento de ésta mujer profesional, maravillosa, llena de virtudes y defectos me sirvió incluso de ida al psicólogo gratis como quien dice. Ver frente a frente esa escena que hemos querido representar cuando tenemos al hombre perfecto junto nosotras, el peso ideal , el trabajo de los sueños , las amigas de toda la vida y pare usted de contar, pero a su vez la sensación de querer largarnos al fin del mundo y buscar nuestra paz no tiene precio.

A veces niñas buscamos fuera lo que solo se tiene dentro (frase por cierto que hemos escuchado un millón de veces). Existen miles de momentos en los cuales queremos irnos de nuestra realidad a otro código de área para supuestamente no recordar ni ver nada, pero siempre nos tropezamos con la misma piedra al darnos cuenta que “la mente” siempre” se va con nosotros. En alguna ocasión bien lejos de mi ciudad natal y rodeada de maravillas me encontré dentro de una cabina telefónica roja de esas de las fotos y pueden creer que seguía hablando de las mismas cosas de las que no quería hablar mientras comía arepa en mi casa; ese día me di cuenta que no había que viajar tanto para encontrarme, sino que había que utilizar esos viajes para ver lo maravillosa que era independientemente de mi misma. Debo confesarles que aún al igual que todas y cada una de nosotras sigo tratando de buscar lo que en la película “Eat Pray Love” su protagonista Julia Robert busca incansablemente: un equilibrio entre lo espiritual y lo terrenal. Algo que más que un acto de fe es una misión de vida. Lo importante es dejar de angustiarse por encontrar ambas cosas, aunque es difícil verdad?

Por supuesto no decirles a propósito de la película que la actriz de la mejor sonrisa de Hollywood, Julia Robert quedó debo divina para representar a la protagonista sería un acto de egoísmo. Robert tiene esa particular magia para verla en pantalla una y otra vez, pero supongo que es porque nunca le quitare en sello de “Mujer Bonita”, otra película en donde nos inyectan que el “Príncipe” vendrá a rescatarnos. Como ven soy una romántica, cursi , Drama Queen de la mejores. Claro está retomando lo de la cinta y sus representaciones, no me queda claro si la química entre Bardem y Julia me gustó, creo que no los veo como pareja ni de trabajo. Incluso me atrevo a confesarles que habría querido ver a cualquier otro menos al maravilloso Javier (nada personal), es más por un momento pensé en Richard Gere en ese personaje, pero sería too much.
El cuento es que cada vez que leo historias como “Come , Reza y ama” me encuentro de nuevo con la misma maravillosa sensación de olvidar los parámetros establecidos y vivir a cien todas y cada una de las experiencias que Dios nos pone frente dentro de las cosas que me permito por supuesto. Es más ayer de hecho me fui a mi librería favorita me compre el libro que ha tenido cualquier cantidad de premios y me disfruto página a página la historia contada por quien desde ya será una de mis mejores amigas literarias Elizabeth Gilbert.

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