martes, 25 de diciembre de 2012

Cuando se ama lo que se hace...

Cuando uno ve a alguien que ama lo que hace, que disfruta cada instante de lo que realiza para ganarse la vida se nota. Es obvio cuando una se da cuenta que el chico de la tienda que arregla la manzanas lo disfruta uno lo huele, lo ve, lo siente inmediatamente por esa sonrisa maravillosa, por esos buenos días que te da al verte. Cuando uno se encuentra a un policía que se siente orgulloso de servir a la comunidad se respira a la distancia. Cuando observas a un diseñador que disfruta sus momentos de creatividad y los plasma en un papel y adora las telas como adora su piel más allá del prestigio que le genera el hecho de serlo también se nota el amor por lo que hace. Incluso cuando escuchas a un pianista dejar su vida en cada melodía que sus dedos tocan es evidente que no lo hace para que el mundo sepa que es el mejor, sino para despertar alguna sensación y hacer que la gente se conmueva y se mueva por dentro. Nonhe sabido hasta el presente de ningún escritor que se respete como tal que haya escrito su mejor novela pensando que va a convertirse en un Bestseller, solo escribe para dejar su alma en esas páginas y hacer que el mundo lo recuerde por ese instante mágico en el cual sintió todas esas letras. En lo personal me da pena cada vez que me encuentro con individuos que solo hacen un determinado oficio porque de esa forma pagan sus cuentas. La sonrisa de una persona que tiene un empleo que no le da trabajo no tiene precio, no se paga con todo el dinero del mundo. Es por eso que dentro de nosotros mismos debemos buscar la armonía entre lo ideal y lo real para poder ser felices día a día en el aspecto laboral y que todo vaya de la mano. Ya de por si la vida tiene sus matices, basta de servían masoquistas y luchar todos los días solo por sobrevivir. Aprendamos a vivir de una manera más coherente y tomemos los ejemplos a nuestro alrededor buenos y malos para caminar de la mano con nuestros sueños. Siempre le digo a mi hija que todo cuanto haga lo realice con la convicción de que es lo que desea y no por obligación y menos porque alguien más desea que lo haga. No se puede formar parte de esa parte del mundo lleno de mediocres funcionales o frustrados presos de sus cuentas pendientes. La felicidad es el norte, no importa qué o quien.

No hay comentarios.: