Cuando aún faltan unas cuantas horas para que se lleve a cabo el enlace definitivo entre Mayrin Villanueva y Eduardo Santamarina se sigue especulando por así decirlo sobre la venta de la exclusiva.
Fuentes cercanas aseguran que la pareja no tiene precio o mejor dicho que nadie le llegó al monto de dinero para poder optar a las fotos más cotizadas del momento, por el morbo que genera ver de una vez y por todas el capitulo final de la novela.
Cual novela, así como lo leen ha sido el romance de estos dos, porque si algo los caracteriza es la química que tienen para atraer la controversia generada por ellos solitos claro está.
Aún casada con su esposo Jorge Poza y con once años encima de unión y un par de hijos, Mayrin como la protagonista de su propia novela se enamoro como loca de Santamarina.
Rumores de romance hubo desde hace mucho, pero el bombazo explotó cuando la revista “Hola” con una portada inmensa comunico oficialmente de boca de ambos su romance, embarazo y boda.
Descaro, desfachatez o incluso un buen negocio, díganlo ustedes porque la verdad nadie entiende cómo pueden tener la cara tan dura de afirmar que ellos no son negociables, si todo lo han vendido luego de un plan fríamente calculado.
Y conste que estamos concientes que al igual que en España las celebridades venden hasta el saludo, los artistas de éste lado deben aprovechar de todo lo que ganan las publicaciones cuando los utilizan en sus portadas.
Nadie está en contra del enriquecimiento lícito, pero deberían ser más coherentes y admitirlo y decir que sí tienen un precio cuando se trata de sus vidas privadas.
Lo que valdría la pena concluir, es que sin lugar a dudas es una historia de “amor” construida bajo bases pocos firmes, pues se edificó mientras aún existía una relación. Vamos a ver cuánto dura, porque al parecer a los dos les gusta hacer lo mismo.
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