Bueno les cuento que yo tengo rato que no utilizo taxi por aquello de que no lo necesito. Las distancias que recorro son cortas y pues la verdad es que con el aumento de la gasolina en Miami específicamente eso es un lujo.El caso, para hacerles el cuento largo corto, es que tomé un taxi en la ciudad de Coral Gables, en Miami para ir a buscar mi auto que había dejado a menos de 7 minutos de mi casa y resulta que llame la línea más cerca de mi vivienda.
No se imaginan que tuve los cinco minutos más estresantes del día. El señor del taxi parecía ser adicto a la cafeína porque la verdad estaba como acelerado. No había acera que no se pelara y hueco en el que no cayera, sin contar con los intentos de choque que tuvo. El chofer manejaba el carro en cuestión como si no fuera suyo.
Es que de verdad impresionante la velocidad que llevaba el hombre. Nunca me atreví a decir nada porque me suponía que si volteaba podía meterse de frente contra un poste, un bus escolar u otro carro.
No saben, yo iba aterrada, pegada al asiento y casi con un ataque de pánico. En una de esas que trata de esquivar un carro que se detuvo para cruzar a la izquierda se subió en un muro, yo me sentía haciendo "formula 1" o deportes extremos.
Increíble, como estos conductores encargados de transportar a las personas (en muchos casos turísticos) no tengan la más mínima consideración para con los usuarios del servicio. Será que la policia no se fija en los autos comerciales a la hora de las multas?
Al parecer, específicamente ésta línea de autos de carrera o mejor dicho de Taxis de Coral Gables, por realizar cuantas vueltas puedan en menos tiempo mejor, sin tomar en cuenta el peligro.
Vamos a tener que hacer algo, porque la verdad en lugar de llegar a nuestros destinos sanos y salvos estamos llegando con taquicardia y estresados sin necesidad.
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