sábado, 5 de enero de 2013

A veces cuando me siento a escribir...

A veces cuando me siento a escribir acá me pasan tantos temas por la cabeza que la variedad es fascinante. Hoy por ejemplo quería escribir sobre lo del paparazzo que terminó muerto desafortunadamente por tomar una foto de UNO de los autos de Justin Bieber; luego pensé en escribir sobre la fantástica película que ví ayer del Circo du Soleil; y hasta de las famosas noches de galería en Coral Gables los primeros viernes de cada mes, pero siempre termino escribiendo de otros temas que seguramente escribiría, pero no hoy. Luego me rio y concluyo algo que una vez escuché y me gustó y es que la vida es un papel en blanco. Es como ese papel en blanco con el que un escritor se encuentra cada día y el cual le aterra, según una buena amiga escritora. Y así como las hojas en blanco, los días van y vienen, pero allí estamos nosotros con tanto ego que planificamos y planificamos esos dias en blanco y al final de ellos terminan saliendo cosas que ni siquiera pensamos que sucederían y nos sorprendemos, cuando en realidad lo que no debería sorprendernos jamás es lo inesperado. Es por eso que me parece gracioso y hasta atrevido de nuestra parte creer que las agendas, organizadores y calendarios que compramos al principio de año se llevarán a cabo como suponemos. A cuántos de ustedes no les pasa que se levantan de sus camas, se cepillan los dientes, desayunan y aún cuando todo va en órden, siempre se encuentran a alguien o suena el teléfono para algo bueno o malo que les cambia el curso del día? A lo cual le llamo "el pan nuestro de cada día". Y aunque reconozco que si debemos por cosas de disciplina preparar nuestros quehaceres de forma que no se conviertan en un dolor de cabeza, por salud mental debemos estar abiertos a los imprevistos que vayan apareciendo. Hay una frase que mi papá dice siempre que es la siguiente: "Es mejor preparanos para lo malo, por si acaso, porque si llega lo malo primero no nos agarra desprevenidos y si llega bueno primero bien". Eso de tener expectativas ante cualquier circunstancia que no dependa de nosotros es ser ilusos y hasta injustos con nuestro ser interior, porque lo estamos poniendo a sufrir sin necesidad. Así es que tengamos nuestras agendas como recordatorio de cumpleaños y hasta frases de esas que nos hacen pensar...solo así. Claro digo yo...no me hagan caso.

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