jueves, 6 de septiembre de 2007

LA VOZ SIEMPRE QUEDA, JAMAS SE APAGARA



Saben que toda la vida he sido una persona con muchos temores. Entre los cuales les puedo mencionar el temor a la muerte. Siempre he sido una enferma en el hecho de pensar que los seres que uno ama, admira y respeta se vayan.

Al conocer la muerte de uno de los hombres con una de las voces más impecables e irremplazables del mundo me puse a pensar, en que la muerte no distingue nada. Para allá vamos todos, así no pensemos en ese día ese día al igual que el nacimiento es un hecho irremediable.

Yo recuerdo mucho a un profesor de teatro Basilio Alvarez, que una vez escribió algo así: “Cuando cerremos el telón y apaguen las luces, todos esos carnets, pasaportes, reconocimientos, títulos, cuentas de banco y demás no servirán de nada”.

Era algo así, y es cierto, porque se haya sido quien fuera, se hubiesen obtenido cualquier cantidad de adjetivos de maravilla con referencia a nuestra historia igualmente la muerte aún desconocida para muchos y misteriosa no nos ha proporcionado la posibilidad de llevarnos más que nuestros recuerdos.



Soy una coleccionista de momentos. Cada instante lo quiero dejar documentado para jamás olvidarlo. Tomo fotos creo que todos los días. A mi lo de show de realidad virtual me va de maravilla, porque si fuera por mi registraría desde mi cepillada mañanera de dientes hasta mi pijama nocturna.

Sí lo admito, le tengo pánico a la muerte. Odio pensar en el momento ese del paso de un lugar a otro del cual nadie a regresado para contarlo. Por lo menos que yo sepa de alguna manera fidedigna.

Una vez me dijo un señor que conocí en esos pasos por distintos escenarios, que el ser humano era la “voz”. La carne se la comen los gusanos y lo demás que poseemos es pasajero, pero nuestra voz la representación del alma.

Y pues, imagínense la voz de Luciano Pavarotti. Esa voz que interpretó repertorios lírico italiano con una belleza indescriptible. Millones de sus seguidores aseguran que sus interpretaciones de "Nessun dorma", de "Turandot" de Puccini, representaban la verdadera esencia de la ópera como género.

El Maestro Pavarotti libró una larguisima y dura batalla contra el mal de muchos “el cáncer pancreático”, que tarde o temprano le quitaría la vida. Tal y como ocurrió el día de ayer.

Lamentando su muerte y añorando que el legado que deja sea admirado por las generaciones venideras les invito a que entren el mundo de Pavarotti y vean lo fascinante de su obra http://www.lucianopavarotti.com/

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