martes, 13 de marzo de 2007

Latir en otro cuerpo






Nada ocurre por casualidad, sino todo lo contrario por causalidad. De hecho en uno de mis acostumbrados días en los que busco qué expresar en éstas páginas me topé con una historia que nos hace repensarnos.
A una chica que hoy tiene treinta le tocó hace siete años tomar la decisión más difícil de su vida que fue donar los órganos de su madre luego de un derrame cerebral.
Una semana antes de decretar a su madre muerta clínicamente, la chica a quien menciono y de quien no debo revelar su nombre por cuestiones éticas (a quien llamaremos Sophie ), presenció como su saludable madre fue olvidando cosas siendo victima de un fuerte dolor de cabeza.
Nos cuenta la joven que luego de cinco días su madre tuvo que recurrir al doctor y lamentablemente cuando llegó y le encontraron el derrame, la metieron inmediatamente al quirófano sin suerte.
Más nunca vio a su madre despertar y fue en ese instante en que con 23 años tuvo que convertirse en una mujer con pantalones, pues su padre había muerto hacia ya cinco años y era única hija.
El caso, para hacerles el cuento largo corto, la chica quien hoy en día trabaja dentro de una organización de ayuda a la recuperación de órganos, metió en su diccionario las palabras “donante”, “donación”, “altruista” y “ayuda”.
Sophie comprendió la necesidad de la donación de órganos y a lo sumo luego de treinta minutos tuvo que tomar la decisión de dar vida a otros con los órganos de su mamá.
Hoy en día el corazón de su progenitora late en Carolina del norte, le salvó la vida a un hombre y sus dos riñones están en Fort Lauderdale - Florida. Acción ésta que la tiene absolutamente satisfecha, pues salvó la vida de tres personas al morir su madre cerebralemente.
“Sé que mi madre sigue latiendo y que la persona que tiene el corazón de mi madre tiene uno de los corazones más nobles del mundo. Nunca le pregunté en vía si ella habría hecho una donación, pero basada en su proceder sé que debe estar feliz por mi decisión”. Esto nos dijo Sophie.
El caso, es que quise mencionar éste hecho porque en el mundo del espectáculo siempre somos participes de las vanalidades, escándalos y de los cambios extremos de las artistas con operaciones de todo tipo: mentón, piernas, barriguita, cara, busto y pare usted de contar, y resulta que hay tanta gente que recurre a un quirófano por necesidad y para no morir.
Y conste que yo no puedo tirar la primera piedra, pues he ido un par de veces a una cirugía por razones estéticas y por prótesis. Sin duda una se pone a reanalizar lo frívolos que podemos llegar ha ser sin siquiera suponer que existe gente clamando por vida y no por belleza nada más.
Tampoco crean que no estoy de acuerdo con subir el autoestima con aquello de mejorar la apariencia, sólo que tampoco debemos vivir apegados a tantas cosas materiales nada más.
El mundo debe cambiar, eso es lo que asegura gente que ha pasado por éste tipo de procesos bien sea como beneficiario o como donante. A propósito tuve chance de conocer a la primera colombiana en recibir transplante de un corazón en Miami y es una gran historia de vida, muy conmovedor.
Ella me decía que tiene un corazón de un ciclista que murió a los 26 años y era de Tampa- Florida. A la señora Miriam Correa Sherman le quedaban horas de vida cuando apareció el corazón que le permitió conocer a sus nietos, casarse de nuevo y poder trabajar medio tiempo .
Es allí cuando fácilmente nos debemos poner a analizar muchos factores de la manera en la cual vivimos. Nunca sabemos que al despertarnos estamos viviendo las últimas horas y no es para ser pesimistas, sino todo lo contrario “hay que vivir cada día como si fuese el último”.
Doña Miriam al contarme que el corazón que le donaron era de un ciclista que salió una mañana con su bicicleta y lo atropelló un carro, logró impactarme, se me pararon los pelos porque ese chico ni se imaginaba que podría pasarle algo así tan radical y mucho menos que haría posible que una mujer viviera mucho más de una década con su corazón.
Así se le esfumó a éste ciclista todo, la vida, las prácticas, preocupaciones, deudas, sólo que su corazón siguió latiendo en Miami y eso es algo sin explicación.

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