miércoles, 29 de agosto de 2007

UNO NUNCA SABE...



No soy la más seguidora del fútbol lamentablemente y lo saben quienes me siguen. Soy de las que agarra y se pone fiebrua cuando viene un campeonato mundial o algo así y nada más.

Del“balompié” soy fanática de los jugadores bellos como David Beckham y muchos otros.Pero hoy escribo de un episodio horrible, lleno de tristeza y de mucho dolor: la muerte de un gran jugador de tan sólo 22 años.

Estoy conmovida y triste con la muerte del muchacho español Antonio Puerta. Tan jóven, saludable, fuerte. Jamás podríamos habernos imaginado que ese guapeton podría tener dolencias cardiacas.

Antonio Puerta fue formado en las categorías inferiores del Sevilla Fútbol Club según estuve documentándome. También solía jugar como internacional sub-20, hasta que fue convocado con la absoluta.

El pasado sábado 25 de agosto en pleno juego, mientras se daba el partido entre Sevilla y Getafe, de la primera jornada de la liga española, el guapo de Antonio Puerta se desmayó.

Un paro cardiorespiratorio lo hizo caer y aunque pudo salir por sus propios medios de la cancha, en los camerinos volvió a desvanecerse ocasionando un caos entre sus amigos y seguidores.



Sufrió varios desmayos más y fue reanimado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Familiares y fuentes del hospital señalaron que el jugador penosamente tuvo nueve paros cardiorespiratorias y que siempre se supuso lo peor por la gravedad de su condición cerebral.

Aún y cuando se esperaba un milagro por la condición crítica, Antonio Puerta se nos fué el 28 de agosto de 2007 por una falta de nutrientes y oxígeno en el cerebro.

Y para que vean que “la vida si es un ratico” y uno nunca sabe, el jugador de Sevilla iba a ser papá, ya que su novia estaba embarazada de 8 meses.

Me muero de la tristeza con estas historias de la vida real. No puede ser que la vida a veces se le vaya a gente tan prospera y de buen vivir.

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